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Bolsa de Comercio de Buenos Aires

Palabras del Presidente de la Bolsa

Palabras del Presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo J.J. Gabbi, en ocasión de celebrarse el Aniversario 170 de la creación de la Asociación, el 10 de julio de 2024, en el Recinto Principal de Sarmiento 299.

Adelmo Gabbi, presidente de la BCBA.

“Bienvenidos a este 170 aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Como decimos siempre desde este escenario, cumplir años, crear una empresa o generar una entidad sin fines de lucro lo puede hacer cualquiera, pero para trascender en el tiempo se necesitan valores inquebrantables, como la transparencia, el respeto por las libertades individuales y el cumplimiento irrestricto de la palabra empeñada.

Trascender implica nunca olvidar nuestras fuentes y abrazar las ideas de la libertad como forma de vida.

En esta Institución albergamos empresas protagonistas con más de 100 años de existencia, empresas jóvenes y miles de PYMES y emprendedores que sueñan con convertirse en grandes compañías. También albergamos más de catorce millones de comitentes e inversores individuales a través de Bolsas y Mercados Argentinos S.A. (BYMA), transformando sus ahorros en inversiones productivas, en un mercado absolutamente formal y totalmente transparente, protegiendo siempre los derechos de los inversores minoritarios.

Con orgullo y la cabeza bien en alto, y a viva voz como nos enseñaron nuestros anteriores y nuestra tradición, cumplimos hoy 170 años formando y haciendo historia.

La Bolsa de Comercio de Buenos Aires comenzó a gestarse en 1818 de la mano del gran Manuel Belgrano que convenció a Bernardino Rivadavia para hacer grande un país; para desarrollar un país era necesario un Banco, un Correo y una Bolsa. El Banco se fundó en 1822, el Correo en 1827, la Bolsa se constituyó, pero después los graves problemas que tuvo el país en los años 1830, etc. hicieron que esa Bolsa nunca estuviese en acción. Pero en 1853 con la sagrada y extraordinaria Constitución Argentina de ese año, tomó nuevo impulso y a solo un año de aquel momento y bajo las banderas de Juan Bautista Alberdi, el gran tucumano, nació la Bolsa de Comerio de Buenos Aires. Fue un 10 de julio y es la institución económica más antigua que tiene el país, solamente hay alguna institución social que tiene tres o cuatro años más que entiendo es el Club del Progreso.

Señor Presidente de la Nación, gracias por sumarse a nuestro festejo, gracias por honrar nuestros principios fundacionales. Valoramos que siempre usted vaya con la verdad; por más difícil que sea la situación, nunca hay que subestimar la fortaleza de nuestra población para poder enfrentarla.

Hay sacrificios que valen la pena, y creo que todos compartimos la ilusión de que, por los esfuerzos que estamos haciendo como sociedad, podemos cosechar progreso y desarrollo en nuestra matriz social. Confío en que, con el tiempo, las probabilidades de un buen resultado estén a favor, incluso sabiendo que habrá contratiempos en el camino.

Cuando una sociedad se enfrenta a problemas como la inflación, la delincuencia o la corrupción que obstaculizan la creación de empresas, los inversores, los emprendedores, los profesionales, los jóvenes se marchan del país hacia otros lugares. No hay incentivo para emprender en un país donde los gobernantes pueden interferir con la libertad de decisión de un emprendedor.

El ahorro es la base del progreso futuro. El factor más importante en la creación de riqueza no solo son los ingresos, sino también la capacidad de retrasar alguna gratificación presente para generar un ahorro que se transforme en inversión. Es la inversión la que genera crecimiento. El desafío está en la capacidad de ahorrar e invertir para el futuro, en lugar de gastar dinero en necesidades y deseos inmediatos; es la clave para acumular riqueza con el tiempo. Y el mercado de capitales ayuda a preservar el capital y generar rentas que potencien el bienestar futuro.
Muchas veces, el progreso se genera con los recursos que no se malgastan, que no se roban, que no se pierden en burocracias innecesarias, que no se filtran por exceso de intervencionismo para justificar algún cargo político.

Señor presidente, es motivo de satisfacción no tener déficit fiscal, es motivo de celebración lograr emisión cero, pero siempre pensando en reinvertirlo en infraestructura o reducir impuestos para mejorar la calidad de los productos y servicios que ofrecemos a la comunidad. La sociedad tiene que percibir que este sacrificio, hoy más que nunca, vale la pena.
Estoy convencido de que la ciudadanía delegó con su voto al actual Poder Ejecutivo para resolver, entre muchas cuestiones, tres objetivos impostergables: terminar con la inflación, con la inseguridad y con la corrupción.

El Gobierno decidió cortar radicalmente el déficit, y con ello, también la emisión monetaria. Festejamos el anuncio de “emisión cero”. Es de esperar entonces que la inflación esté bajo control, y asumir el desafío de paliar los costos colaterales, como la recesión o la pérdida de empleos.
Pero no pidamos que en solo seis meses se resuelvan los desajustes de los últimos 80 años.

Otro mandato que pide la sociedad es resolver la cuestión de la inseguridad jurídica y física. No hay “inversiones” de calidad sin seguridad jurídica, y no hay “inversores” si no hay seguridad física.

Cuando se buscan los motivos por los cuales los países se desarrollan y logran dar mejor calidad de vida a sus ciudadanos, sin duda, la principal razón es la convicción de que todos somos iguales ante la ley, sin importar su cargo público ni su posición social.

El progreso se debería medir por la cantidad de ciudadanos que viven dignamente sin asistencia del Estado, o por la cantidad de empresas que nacen por año en una sociedad.

De nada sirve un Estado presente si nuestros hijos buscan otros horizontes para desarrollarse.

Estamos en un momento histórico que nos brinda la oportunidad de transformar la estructura organizativa que nos ha llevado a una situación donde, a pesar de un gasto público elevado, la mitad de nuestra población vive en la pobreza.

Festejamos el logro de haber aprobado la ley Bases y el reciente pacto firmado el día de ayer, para la transformación de nuestra Nación. Le agradezco señor Presidente el habernos invitado junto al Grupo de los 6. Estuvimos la totalidad de la dirigencia empresarial de nuestro Grupo y realmente el comentario que nos quedó ante nosotros fue que estamos en un país que no es lo que hemos visto, este es un nuevo país. Su discurso, señor Presidente, fue excepcional. Ya, con muchos años sobre mis espaldas y también muchos años de dirigente empresarial, nunca pensé que podía escuchar un discurso de hablar de la libertad, de crecimiento, del desarrollo, del amor por la patria, como el que escuché en Tucumán. Gracias, señor Presidente.

Nunca entendí, se lo comenté recién, por qué desconfiamos tanto de la libertad de decisión individual al elegir un sistema jubilatorio, educativo o de negocios. Nunca entendí por qué ponderamos la libertad en todos los aspectos sociales de la vida y la cuestionamos tanto en el ámbito económico.

De a poco, estamos recuperando la libertad de decidir. De a poco vamos recuperando la necesidad de ser protagonistas de nuestro propio destino.
Personalmente, creo que estamos frente a un cambio cultural significativo, considerando al sector privado como el motor de la movilidad social. Sin embargo, para lograrlo es esencial simplificar la burocracia y reducir los costos fiscales. Tengo la certeza de que estamos en ese camino y festejo, señor Presidente, que así lo haya determinado.

La meritocracia es la fuente de inspiración del progreso. Dignifica el trabajo que nos hace sentir que contribuimos de manera útil a la sociedad. El progreso motiva, moviliza y ayuda.

Nuestro tiempo, dignidad y libertad representan la moneda de intercambio de nuestras vidas. Son los bienes más escasos, y, por lo tanto, deberían ser los de mayor valor.

Señor Presidente, esta Bolsa, junto a BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos) le decimos que estamos preparados para la transformación, para ser protagonista en el financiamiento de la inversión en infraestructura con acuerdos púbico/privados.

Queridos Socios, me escucharon muchas veces cerrar mi discurso con un enfático compro Argentina. Por suerte el tiempo me demostró que siempre nuestro hermoso país sale adelante, sale de cada crisis. Pero déjenme decirles que reaccionar, rebotar e incluso crecer no significa desarrollarse.

Creo que esta vez tenemos la oportunidad de desarrollarnos sostenidamente, estoy completamente convencido, y a mi famoso “compro Argentina” le agregaría “compro y me mantengo siempre en mi país, la querida Argentina. Muchas gracias.”