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Colores del mundo cantan los niños

El 10 de abril la Bolsa recibió al Coro Nacional de Niños y al de los Niños Cantores de Basilea. Un espectáculo con un impactante despliegue escénico y la frescura de casi 100 niños y sus magníficas voces, que aprovechó inteligentemente la acústica y la disposición del espacio del Recinto Principal del Palacio Bursátil.

«El concierto es de ellos, nosotros simplemente somos los anfitriones,” aclaró con humildad María Isabel Sanz, la directora del Coro Nacional de Niños, en la apertura del encuentro coral. Y recordó: “Este concierto se gestó gracias al director de orquesta Facundo Agudín (músico argentino residente en Suiza); a través de él es la primera vez que el Coro de Niños de Basilea llega a la Argentina y quisieron compartir un concierto con nosotros.”

Coro Nacional de Niños, bajo la dirección de María Isabel Sanz.

Los nacionales abrieron el concierto dando la bienvenida a los visitantes con el canto de tres obras corales a cappella de origen argentino. “Como al llegar nos encontramos con que teníamos un piano, explicó la directora, nos vamos a permitir agregar una obra, que es el Salud Primavera, de Claude Debussy, con el acompañamiento de nuestra pianista, Natalia Soriano.” El público, agradecidísimo. Fue un magnífico cierre con el que se lució el Coro Nacional.

A continuación, se presentó el coro estrella de la velada, el Knabenkantorei Basel (KKB) con su show titulado «Colores del mundo».  Antes de comenzar se solicitó a la sala no aplaudir hasta finalizar la primera parte del espectáculo, lo cual generó intriga en el público. Más intriga suscitó aún ver a los jóvenes y niños distribuirse en diversas partes del salón, aparecer desde atrás de la platea y trasladarse hasta ubicarse en sus lugares.

Identificados con buzo rojo, los coreutas suizos rodean al público y generan una atmósfera de sonido envolvente.

Una primera parte con repertorio de música sacra trasladó a los asistentes a una atmósfera celestial con voces envolventes y de gran maestría técnica, a lo largo de un “enganchado” que incluyó obras de Juan Sebastian Bach y otros compositores europeos. Mientras se desarrollaban las obras, fue notorio observar a los muchachos y niños del coro (que sumaban 60 personas) incorporar movimientos coreográficos, gestuales y corporales, así como traslados dentro del salón con una precisión digna de un reloj suizo.

Escena de Credulo, de Julián Schmidlin.
Escena de Credulo, de Julián Schmidlin.

Durante la segunda parte, se escucharon músicas de varias partes del mundo: de los indios brasileños Kraó, música en francés antiguo del siglo XVI de Claudin de Sermisy, música de celebración de matrimonio de Pakistán. “Pero hay que resaltar acá una obra contemporánea que se llama Crédulo,” explicó a modo de presentación un miembro del KKB que ofició de traductor. “Es una obra compuesta por este muchacho que está acá, Julian Schmidlin —dijo, señalando a uno de los jóvenes coreutas suizos—. Y explicó: “es una síntesis de una opera en la que con su inteligencia musical supo resumir en una pieza corta cosas como el drama, la coronación del rey, la muerte, un aria, todo lo que se puede escuchar en una gran ópera. Espero que la disfruten y que les guste la segunda parte de nuestro concierto,” concluyó.

Escena final de He lives in you, del Rey León II.

La velada cerró con un clima festivo. El público se retiró, pero el intercambio entre los y las coreutas de ambos lados del Atlántico continuó entre pizzas y masitas, a modo bien argentino. Un encuentro memorable, que ojalá se repita. En esta oportunidad, el KKB se presentó en el Teatro Colón y en la Bolsa de Comercio en Buenos Aires, y en la Universidad de La Plata, como parte de su gira sudamericana por Brasil, Uruguay y Argentina.

Ver programa completo aquí.

Oliver Rudin muestra un libro con partituras de obras argentinas, el regalo que la directora María Isabel Sanz entregó para favorecer el intercambio y que el Coro de Basilea se lleve a su país.

El Knabenkantorei Basel (KKB) es una escuela coral para niños y jóvenes de entre 6 meses y 26 años. El programa abarca desde el canto entre padres e hijos, pasando por varios niveles de cursos, hasta un coro de concierto con voces de niños y hombres.

El repertorio incluye literatura sacra y profana y abarca desde obras a capella del Renacimiento y los grandes oratorios del Romanticismo hasta canciones folclóricas y melodías populares pegadizas.

La KKB ofrece conciertos en la región de Basilea varias veces al año. Entre sus actuaciones más recientes se destacan “El Mesías” de Haendel (2017), “Stabat Mater” de Dvořák (2020) y “Profecía y cumplimiento” de Hans Huber (2022). En otoño de 2023, las jóvenes voces masculinas de la KKB fueron coronadas campeonas de Europa en la categoría “Música Sacra con Acompañamiento” en los Juegos Corales Europeos (ECG) de Norrköping, Suecia; y ganaron el Gran Premio de las Naciones en la misma categoría. Mientras tanto, las voces de los chicos cantaron en el “War Requiem” de Britten en el Stadtcasino de Basilea, la Tonhalle de Zúrich y en Luneburgo.

Como embajadora musical de Suiza y de la ciudad cultural de Basilea, la KKB actúa en todo el mundo. Recientes giras de conciertos han llevado al coro a Noruega, Suecia, Alemania, Bielorrusia, Inglaterra, Italia, Austria, Eslovenia, Lituania, Suecia y Finlandia.

La KKB acepta regularmente invitaciones a festivales de música de renombre en Suiza y en el extranjero y es miembro fundador del renombrado Festival Europeo de Coros Juveniles (EJCF) de Basilea. Además, los solistas de la KKB interpretan regularmente papeles solistas de ópera y de concierto, como los tres muchachos de “La flauta mágica” de Mozart, tanto en su país como en el extranjero.

Nacido en Basilea, Oliver Rudin comenzó su carrera musical como cantante en los Niños Cantores de Basilea y como estudiante de violín en la Hochschule für Musik de Basilea. Posteriormente cursó un máster en Dirección Coral y Música Escolar II, así como en Gestión Cultural en la Universidad de Basilea, y asistió a varias clases magistrales en la Juilliard School de Nueva York.

Como director de la Knabenkantorei Basel, el Gospelchor am Münster y la Männerstimmen Basel, así como con su grupo a capella “The Glue”, ha actuado en cuatro continentes durante los últimos diez años y dirigido orquestas como la Orquesta Sinfónica de Basilea, la Orquesta Nacional Ucraniana de la Filarmónica de Kiev y la Orquesta de Cámara de Basilea, cantó para jefes tribales en África, asumió la dirección musical de producciones del Teatro de Basilea, ganó premios culturales en su país natal, dirigió talleres y clases magistrales y obtuvo premios en 17 festivales y concursos internacionales.

Varios estrenos mundiales bajo su dirección dan fe de su curiosidad por las nuevas músicas y formas de expresión, entre ellas obras de Ivo Antognini, Gion-Antoni Derungs, James Clark, Ēriks Ešenvalds y Klaus Lang.

El Coro Nacional de Niños es un organismo musical que pertenece a la Secretaría de Cultura del Ministerio de Capital Humano y tiene como meta la expresión artística del repertorio coral en todos los ámbitos del país, a la vez que promueve la formación profesional de los pequeños cantantes que intervienen. Fue creado en 1967 y la dirección se encuentra a cargo de la Lic. María Isabel Sanz.

Su vasto repertorio abarca desde la música de cámara del Renacimiento hasta la actualidad, incluyendo también el género operístico. Ha realizado giras por casi todas las provincias argentinas, como así también por Brasil, Dinamarca, Italia, el Estado de la Ciudad del Vaticano y México.

Entre sus interpretaciones más recientes se destacan Turbae ad Passionem Gregorianam Op. 43 (A. Ginastera, 2022), Te Deum (H. Berlioz, 2023), Stabat Mater (G. Pergolesi, 2023), Carmina Burana (C. Orff, 2023), Balada de la placeta (R. Teseo, 2023), La pasión según San Mateo BWV 244 y La pasión según San Juan BWV 245 (J. S. Bach, 2024).

Sus 45° y 55° aniversarios los celebró ofreciendo conciertos en la sala principal del Teatro Colón, dentro del Ciclo Intérpretes Argentinos (2017) y en la Fundación Beethoven de CABA (2022).