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“Hay que destinar al ahorro un 10% del ingreso personal”

La aseveración de Gabriela Totaro procuró concientizar al auditorio femenino durante su charla Contalo, mujer, en el marco del ciclo “Ellas invierten” organizado por la Fundación BCBA. “Comprar dólares no es ahorrar, sino hacer un simple cambio de divisas”, aclaró la especialista en educación financiera.

“El bienestar financiero personal impacta en la sociedad y es una decisión que depende de cada una de nosotras” (Gabriela Totaro).

Dedicada desde hace más de 15 años a la educación financiera, Gabriela Totaro tiene una aspiración de larga data que compartió –un poco en broma, pero bastante en serio– con las asistentes a su charla Contalo, mujer: “No veo la hora de que salga una ley que haga obligatorio el ahorro. El ahorro tiene que existir sí o sí, y para eso hay que trabajar desde la temprana infancia: todos deberíamos aprender a manejar el dinero desde pequeñitos”. La psicopedagoga y especialista en educación financiera compartió el estrado del Salón de Actos de la Bolsa con la psicóloga María Gabriela Pasquali, en el marco del ciclo de conferencias “Ellas invierten” que lleva a cabo la Fundación BCBA.
“A mí me gusta decir que el dinero es energía circulante”, comentó Gabriela Totaro, citando el concepto de Joan Melé, banquero español y presidente de la Fundación Dinero y Conciencia. “Por ejemplo, cuando compramos dólares y los metemos debajo del colchón, esa energía circulante queda estancada: no se invierte, no se utiliza para generar nuevos negocios”, remarcó la especialista, y observó: “A las mujeres, en particular, nos cuesta mucho invertir: no nos animamos. Sin embargo, hoy las mujeres no sólo tenemos conciencia del valor del dinero, sino que además lo producimos y lo administramos”.

Al preguntarse si es cierto el viejo refrán según el cual “el ahorro es la base de la fortuna”, Totaro respondió taxativamente: “El ahorro no debería ser lo que me sobra después de haber pagado todos los gastos. Cada vez que cobro, debería retirar un 10% de ahorro para destinarlo a una meta: ponerlo a trabajar para que genere más dinero, durante el tiempo que yo sea productiva laboralmente, aunque sea para vivir de ese ahorro cuando no pueda generar más dinero. Para eso, a la hora de elegir una herramienta o un producto financiero, sugiero alguna alternativa mínimamente conservadora que no esté expuesta a la volatilidad”.

Ahorrar e invertir: una conducta de vida

“Al momento de ahorrar, nos encontramos con una creencia muy común que debe ser desterrada –aclaró la oradora–. Comprar dólares no es ahorrar, sino hacer un simple cambio de divisas a una moneda más estable que el Peso argentino. Si yo dejo los dólares inmóviles debajo del colchón o en una caja fuerte, al cabo de un tiempo mi capital se verá reducido, porque la moneda estadounidense también tiene inflación, aunque sea mucho menor a la del Peso. Comprar acciones puede ser una buena forma de ahorro, pero la renta variable suele ser bastante volátil, por lo que se debe hacer un estudio de la volatilidad de la acción en cuestión y diversificar la inversión para atomizar el riesgo”.

La especialista en educación financiera desmitificó asimismo la falsa noción de que la independencia económica tiene que ver con el tipo de actividad que se realiza. “Al margen de las ocupaciones de cada uno, entre los 20 y los 60 años todos deberíamos forjar nuestros ahorros e inversiones; de esa manera, podríamos vivir de lo que hayamos construido al llegar el momento del retiro, y no tendríamos que seguir trabajando para sostener la calidad de vida alcanzada. Hoy, a nivel mundial, la expectativa de vida es de 84 años. En la Argentina, es de 76 años promedio. Y se estima que los niños de hoy podrán vivir hasta los 108 años. ¿Alguien imagina que para entonces habrá algún Estado que vaya a sostenerlos con una jubilación? No, no lo va a haber, así que no esperemos nada del Estado: hagamos nosotros mismos nuestro propio retiro”.