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Glosario

El concepto de neutralidad en carbono refiere a una política de no incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero y, por el contrario, reducirlas a través de las neutralizaciones (offsets).

Neutralizar es recuperar los gases emitidos a fin de compensar las emisiones realizadas en alguna otra parte del planeta, a través de acciones como, por ejemplo, la reforestación, la construcción de energía renovable, las prácticas agrícola-ganaderas de almacenamiento de gases y la gestión de los residuos y rellenos sanitarios.

Las metas de emisiones netas cero apuntan a lograr saldo cero entre los volúmenes de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos y los recuperados de la atmósfera.

Neutral en carbono refiere a un saldo cero en el total de emisiones de carbono, mientras que carbono neto cero significa que directamente no se han emitido gases, de modo que no es necesario recuperar ni neutralizar emisiones. Por ejemplo, una empresa cuyo edificio funciona completamente con energía solar y sin la utilización de combustibles fósiles, puede etiquetar a su energía como “carbono cero”.

En términos generales, una economía baja en carbono se basa en acciones orientadas a reducir e incluso a recuperar los gases de efecto invernadero que se generan en una cadena de producción, alcanzando así un menor impacto ambiental.

La huella de carbono es un indicador ambiental que refleja la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), expresada como CO2 equivalente, que es emitida directa o indirectamente como consecuencia de una actividad determinada, personal, de producto, o de empresa u organización.

La divulgación financiera climática es un conjunto de información de riesgo financiero asociada a aspectos climáticos. Si bien es de divulgación voluntaria, idealmente, las empresas deberían adoptar estas prácticas a fin de informar a los inversores sobre los riesgos que enfrentan en relación al cambio climático.

Es el impacto potencial negativo que puede tener el cambio climático sobre la empresa u organización. Los riesgos físicos que surgen del cambio climático pueden ser generados por eventos (agudos) como un incremento severo en los eventos climáticos extremos, (como, por ejemplo, ciclones, sequías, inundaciones e incendios). También pueden estar vinculados a cambios de más largo plazo (crónicos) en las precipitaciones y temperaturas y mayor variabilidad en los patrones climáticos (por ejemplo, la elevación del nivel del mar). Los riesgos climáticos también pueden estar asociados a la transición hacia una economía global baja en carbono, de los cuales los más comunes se relacionan con acciones políticas y jurídicas, cambios en la tecnología, respuestas del mercado y consideraciones vinculadas a la reputación.

La oportunidad climática se refiere a los impactos positivos potenciales que pueda tener el cambio climático sobre una empresa u organización. Los esfuerzos para mitigar y adaptarse al cambio climático pueden generar oportunidades para las empresas, por ejemplo, a través de la eficiencia en el uso de los recursos y ahorro en los costos, la adopción y utilización de fuentes de energía de baja emisión de GEI, el desarrollo de nuevos productos y servicios y la generación de resiliencia a lo largo de toda la cadena de distribución. Las oportunidades relacionadas con el clima variarán según la región, el mercado y el rubro en el que se desarrolle una organización.

Las finanzas sostenibles son aquellas que adoptan un criterio ético e incluyen factores sociales y medioambientales en las decisiones de inversión a largo plazo.

La sostenibilidad consiste en satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer a las necesidades de las generaciones futuras, al mismo tiempo que se garantiza un equilibrio entre el crecimiento de la economía, el respeto al medioambiente y el bienestar social.