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“Si la inflación no baja, la Fed no va a aflojar”

Lo aseguró José Siaba Serrate en la jornada sobre la situación actual e internacional, organizada por la Cámara de Agentes de Bolsa en la BCBA. “La inflación todavía es muy alta y el mercado se está quedando sin piernas, al borde de un bear market”, advirtió el consultor financiero, y anticipó: “La Reserva Federal estadounidense aún tiene por delante una tarea de ajuste muy grande”.

“Desde fines de 2021 a la actualidad, la visión sobre la agresividad de la política monetaria cambió rápidamente y de una manera espeluznante. Esta vez, los que flaquean primero no son los mercados emergentes sino los desarrollados” (José Siaba Serrate).

La jornada “Situación actual e internacional, a la luz del presente escenario”, llevada a cabo por la Cámara de Agentes de Bolsa de manera virtual, en el ámbito de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, contó en la apertura con la charla del consultor en Economía y Finanzas José Siaba Serrate. En compañía de otros importantes oradores que disertaron sobre distintos temas de actualidad económico-financiera, Siaba Serrate ofreció su mirada sobre la coyuntura de los mercados y sus perspectivas, a la luz de la escalada inflacionaria mundial y de las medidas de política monetaria adoptadas para morigerarla.

El consultor recordó que la presente etapa de alta inflación en el mundo se produce “después de 40 años de un comportamiento ejemplar y de un muy largo proceso de caída sustancial de las tasas de interés”. Entonces, ¿cómo se llega a esta situación? “La política monetaria respondió rápidamente a la sorpresa de la pandemia de 2020, que nos introdujo de golpe en un escenario imprevisto”, rememoró Siaba Serrate. “En abril de ese año se cerraron todas las economías del mundo y la política económica pasó a ser un apéndice de la política sanitaria. En los Estados Unidos se destruyeron 20,5 millones de puestos de trabajo, esto es, algo más del 14% del mercado laboral de ese país. La recesión fue corta, pero muy profunda; y la recuperación posterior, iniciada ya en mayo de 2020, fue muy buena”.

“Por su parte, la Reserva Federal estadounidense (Fed) no se iba a interponer en esta recuperación”, razonó el analista. “La Fed estaba dispuesta incluso a dejar que la inflación subiera temporariamente, por encima de la meta prevista, para después corregir los desvíos si hiciera falta. Hoy, el efecto colateral no deseado de aquella robusta recuperación es la suba de la inflación, que en las últimas mediciones superó el 8% interanual en los Estados Unidos, muy lejos de la meta oficial de 2%. Cuando el programa monetario actual se lanzó, allá por abril de 2021, la Fed había asegurado que no iba siquiera a hablar de hablar de subir las tasas hasta, por lo menos, 2024. Lo cierto es que este año, para gran agitación de los mercados, ya ha sido incorporado un escenario en el que los incrementos de los tipos de interés van a ser constantes hasta fin de año. Y en lo que va de 2022, la tasa de interés de 10 años –por caso– ya se ha duplicado: subió de 1,5% a 3%”.

Mercados estresados

Al observar que las condiciones financieras internacionales están cambiando de una manera precipitada, Siaba Serrate remarcó que “gran parte del trabajo sucio para absorber el impacto de la suba de tasas lo están haciendo los mercados”, y advirtió: “Asistimos a una irritación y a una turbulencia crecientes, incluso a la vera de un bear market que sería una señal premonitoria de recesión. Todo esto continuará en la medida en que la tasa de inflación no acuse recibo de este proceso. El mundo enfrenta un problema que ya fue un gran dolor de cabeza en los años 70 y 80: resultado natural de una política económica excesivamente agresiva, aplicada en los Estados Unidos y acompañada por el resto del mundo. En tanto, la invasión rusa a Ucrania ha provocado un shock de oferta adverso, muy potente, que quizás afecte de una manera fundamental a los mercados de materias primas y genere una presión inflacionaria mayor de la que ya existía. Lo que ya venía complicado de antes, la guerra lo complica aún más”.

“La situación de los mercados es de un gran estrés”, enfatizó el consultor financiero. “Hacia adelante, la mayor complicación es la gran diferencia entre la tasa de inflación y las tasas de interés, que relativiza cualquier comparación histórica. La política monetaria de la Fed ya no podrá ser una cadencia previsible de subas de un cuarto de punto de la tasa. Las perspectivas de la gestión monetaria actual podrían compararse a las que tuvo que enfrentar el ex titular de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que entre 1994 y 1995 llevó las tasas de un 3% a un 6%. El daño colateral de esa política fue el Efecto Tequila. En la medida que la inflación no afloje, la Fed tampoco va a aflojar, y ése es un riesgo muy grande para los inversores”.