Visita fotográfica
El palacio bursátil de Sarmiento 299, que fuera ideado por Alejandro Christophersen e inaugurado el 12 de julio de 1916, albergó durante casi 70 años la operatoria bursátil de esta plaza.
Hoy en día, sus rincones cobijan no sólo un pasado resonante, sino además un sinfín de historias que tuvieron como escenario cada pasillo de este edificio: desde las históricas pizarras colgadas de sus muros internos hasta las esculturas que engalanan cada esquina del recinto social, sin dejar de mencionar los detalles arquitectónicos de este gran salón y del edificio en general.
Lo invitamos a recorrer las instalaciones del Palacio Bursátil y algunos de sus secretos, captados en las siguientes fotografías.
Puertas de bronce fundido: Pesan cinco toneladas y fueron manufacturadas en los grandes talleres dirigidos por el inmigrante italiano Silvestre Zamboni y sus hijos.
Placa conmemorativa del centenario del Palacio Bursátil: Por los festejos del centenario del Edificio, la placa representa el homenaje del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, plasmado el 16 de diciembre de 2016.
Gran farol y artefactos eléctricos: Sobre diseños del arquitecto español Alejandro Christophersen, los talleres argentinos de Étienne y Durand elaboraron tanto este Gran Farol, con un poder de 2.000 bujías, como el resto de los apliques y artefactos eléctricos.
Esculturas en mármol de carrara (Siglo XIX): Se aprecian en cada vértice interno de la nave central del edificio las obras que representan “Las cuatro estaciones”.
Pizarras (1916-1984): En octubre de 1984 se trasladó el Recinto de Operaciones al nuevo edificio y con ello, el uso de las pizarras se cambió por la tecnología electrónica en el nuevo edificio que se inauguró el 26 de abril de 1977. En el viejo recinto, eran los llamados “pizarreros” quienes llevaban el detalle de lo operado (a “viva voz”) en cada rueda, ya que registraban las operaciones de los Agentes de Bolsa y sus Mandatarios, ubicados en la nave central y divididos por una baranda de los Socios Inversores.
Reloj y Rosa de los vientos: Utilizada cuando en el pasado la Bolsa de Cereales se ubicaba en este mismo salón, la Rosa de los Vientos servía para indicar a los corredores la dirección del viento, del cual dependían los barcos que traían los commodities del exterior si llegarían o no al puerto.
Puerta de hierro y ascensores: La corriente arquitectónica del Eclecticismo se hace eco también en la herrería artística que combina diversos estilos con absoluta libertad y gran fantasía ornamental. Asimismo, con diseño propio del arquitecto Alejandro Christophersen, el edificio se engalana también con otro trabajo de herrería realizado por el genovés Luis Questa: las cabinas de los ascensores y las barandas de la Escalera de Honor.
Vitraux: El trabajo, realizado especialmente para el edificio por el vitralista catalán Amadeo Vilella, recrea el diálogo de Zeus con su hijo Hermes. Supervisada por Alejandro Christophersen, la obra es emblemática dado que allí están presentes los elementos que componen la figura de Hermes/Mercurio, la cual fue adoptada por el arquitecto de este Palacio para componer la imagen institucional de la Bolsa, dado que su simbología siempre estuvo asociada al comercio y, en particular, al mundo bursátil.
Tapiz de Bruselas (Siglo XVI): En la pared frontal de la Escalera de Honor diseñada por Chistophersen, se exhibe el tapiz flamenco en el cual se representa la escena en la cual Cleopatra recibe a Marco Antonio en los patios del Palacio de Alejandría. Así como la representación física del militar romano es absolutamente fiel a los testimonios históricos de la antigüedad, la versión de la Reina del Nilo denota en cambio el ideal estético barroco de la mujer europea.
Tapiz de Bruselas (“Europa”, Siglo XVI): Recostado en una “cornucopia” (el mítico “cuerno de la abundancia”), en actitud dionisíaca, el dios greco-romano Zeus/Júpiter seduce a Europa. La corona de hojas y el agua plagada de peces que vierte la cornucopia remiten al bosque de sauces junto al arroyo, donde el “rey divino” tomó por la fuerza a la doncella.
Bustos de próceres y cuadro de Sívori: En uno de los pasillos del primer piso se encuentran los bustos de Manuel Belgrano y José de San Martín, a quienes se le rinde un homenaje en cada aniversario institucional con una ofrenda floral de laureles. En el medio de dichos bustos, se luce la obra “Niños en el parque Lezama” de Eduardo Sívori, óleo sobre tela de 148 x 98 cms.
Tapices franceses (Siglo XVIII): En esta pieza, se ilustra una escena pastoral típica del diseño “Verdures” (“verdores”, o paisajes con vegetación). Tejido en lana y seda, el paño decorativo es un digno representante de las Manufactures d’Aubusson, cuya confección se caracteriza por el empleo sistemático de un colorido predominantemente pardo-grisáceo. Los árboles frondosos y las aves exóticas enfatizan la intencionalidad bucólica de la obra.
Obligados a huir por la persecución religiosa, los tejedores protestantes abandonaron los talleres flamencos y, hacia la segunda mitad del Siglo XVII, la industria del tapiz se trasladó a Francia. En 1662, Jean-Baptiste Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV, inauguró oficialmente en las afueras de París la Manufactura Real de los Gobelinos.
Esculturas en mármol de carrara (Siglo XIX): Además de elementos ornamentales de estilo Luis XVI que se pueden apreciar en el edificio, se destaca la presencia de las esculturas de “Melpomene” y de “Mercurio”. De hecho, esta última es idéntica a la que adorna el Jardín de Monforte de la ciudad de Valencia, España. En ella, Mercurio aparece caracterizado de acuerdo con las preferencias iconográficas latinas. Ésta es una de las más características representaciones de Hermes/Mercurio como deidad protectora del comercio.
Sala de Mesa Directiva: Este cuerpo directivo está conformado por: Presidente; Vicepresidente 1; Vicepresidente 2°; Secretario; Prosecretario; Tesorero; Protesorero; Cinco Vocales y el Revisor de Cuentas. En esta Sala se halla el Libro de Oro de firmas, en el cual se destacan las visitas de los Presidentes de la Nación que asisten a cada Aniversario Institucional, además de otros visitantes ilustres del país y del exterior. En las paredes lucen obras artísticas de Quinquela Martín, Pettoruti y Bernaldo de Quirós.
Sala de Presidencia: El despacho está ambientado con parte del patrimonio artístico de la Asociación, en el cual se destacan obras de Fader y Bernaldo de Quirós. Asimismo, se pueden apreciar tanto el cuadro que lista a todos los presidentes que estuvieron al frente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires desde su fundación hace 160 años, como también la vitrina que contiene los documentos históricos de la creación de la institución el 10 de julio de 1854.
Salón de Consejo: En esta sala de formato oval y estilo europeo, cuyo diseño estuvo a cargo de Alejandro Christophersen, se llevan a cabo en forma mensual las reuniones del Consejo de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, y sus miembros son socios elegidos anualmente en Asamblea General Ordinaria, sin interrupciones desde hace 163 años. El salón cuenta con una pieza única de madera, cuya forma acompaña al resto del salón. También están presentes en la sala óleos ovales sobre tela y copones franceses ornamentales en mármol con montura en bronce. Completan el salón las esculturas de Bernardino Rivadavia, quien aprobó el proyecto para instalar una Bolsa Mercantil en 1821, y de Bartolomé Mitre, quien se desempeñaba como presidente de la nación argentina en 1862, año en el cual asistió a la inauguración del primer edificio propio de la Bolsa.